domingo, 11 de febrero de 2007

Tránsito - Buenos Aires - Parte I

Hola queridos amigos y lectores. Estoy escribiendo desde Buenos Aires - Argentina. Hace frío!!! Quien me dijo que estaba haciendo un calor infernal? Estaba haciendo 15 grados cuando bajé del avión a los buses. Sin embargo la temperatura esta subiendo.

La partida anoche fue bastante emotiva. Estábamos en el Food Court y todos estaban desesperados y yo tenía que calmarlos a todos... A QUIEN ESTOY ENGAÑANDO! yo era un saco de nervios electrificados!!! Si tuviera cabello hubiera estado todo parado a tal punto que quizás no me dejaban abordar el avión por peligro de perforar el fuselaje. Menos mal que no detectaron mis nervios. Es probable que haya estado tan cargado de electricidad que casi convierto al avión en un gigantesco condensador volante. Pero todo esto no se compara con la pena y tristeza que tuve al abrazar y mi familia y amigos en el aeropuerto. Las despedidas son terribles, no me gustan, pero son necesarias. Aún estoy cargado y algo afectado pero ya se me pasará. Tengo que concentrarme.

Por otro lado la pena luego dio paso al desconcierto. El momento en que perdí de vista a mi comitiva de despedida tuve una contundente transición en mi mente, de pasar a lo que se sentía muy real a lo que parecía irreal. Esa sensación de irrealidad fue sobrecogedora, como que me hubiera caído un ladrillo en la cabeza. Mientras me dirigía a la sala de espera paré en un teléfono para llamar a mi mamá y decirle que ya estoy ahí y que no hay problema, todo bien. Pero la sensación de irrealidad, la sensación de que en cualquier momento me despierto en mi cama en mi casa en Lima no desaparecía. Me pellizqué fuertemente el brazo para ver si despertaba pero nada. La sensación de que estaba en un sueño se incrementó enormemente cuando entré al avión y más aún cuando despegó.

El vuelo fue bastante tranquilo, con un poco de turbulencia al principio, Leí mi libro, EL Silmarillion hasta que sirvieron la comida que me pareció media tela. Un pan que estaba medio seco con salami y unas tostadas y un poco de queso para untar. Para tomar me pedí un poco de jugo de naranja. Luego de comer me quedé dormido. Desperté 15 minutos antes de aterrizar. calculo que ahbré dormido unas 2 horas y media. Gracias a Dios el aeropuerto de Buenos Aires está repleto de largas y cómodas bancas las cuales pronto convertiré en cama.

Cuando llegue a Buenos Aires sentí que la sensación de irrealidad se empezaba a desvanecer. Ahora surgía la emoción de el inicio de una nueva aventura. Estoy en un lugar desconocido, pero eso no me provoca temor, me emociona.

Bueno, me voy a comer que tengo un hambre voraz, y si no como algo me tranformo. Saludos y gracias a todos. Estén atentos! Agregen este sitio sus favoritos!

Continuará...

Bye.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, soy Susy de 22 años y estoy por partir para Buenos Aires en un mes. Estoy algo nerviosa y leer tu experiencia me gustó mucho. Es interesante saber sobre las experiencias que tuvieron otras personas al llegar a la Ciudad de la Furia. Me gustaría que sigas escribiendo más sobre cómo te está yendo y que te parece esa mítica ciudad. Yo te seguiré leyendo. Chaus y que la sigas pasando bien!!!

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